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El gobierno mexicano ha dado asilo a más de 50 mil personas refugiadas que han llegado al sur del país, y ha procedido exitosamente a su reubicación en ciudades industriales a través del Programa de Integración Local de ACNUR, implementado en estrecha coordinación con contrapartes gubernamentales, tanto a nivel federal como local, y con socios del sector privado.
Al respecto, Giovanni Lepri, Representante de ACNUR en México, nuestro país se ha convertido en una nación donde las personas forzadas a huir pueden encontrar la estabilidad que necesitan para reiniciar sus vidas con dignidad. “Un sistema de asilo y un marco jurídico sólidos permiten una integración efectiva de las personas solicitantes de asilo y refugiadas”.
La agencia de Naciones Unidas expuso que, “las personas refugiadas que participaron del programa han logrado estabilidad y una integración exitosa gracias al acceso a un empleo formal, salud, educación y vivienda, lo que también ha facilitado su acceso a la nacionalidad mexicana”.
Agregó Lepri que con las herramientas adecuadas, las personas refugiadas tienen un potencial enorme para integrarse plenamente en México y contribuir a sus comunidades de acogida. “Ahora tenemos datos suficientes para afirmar que se trata de un hecho incuestionable”.
Naciones Unidas advirtió que “el desplazamiento forzado en las Américas sigue en niveles críticos, impulsado por la violencia, la persecución, las violaciones de los derechos humanos, la inseguridad, y exacerbado por el impacto negativo de los desastres”.
De acuerdo a ACNUR a mediados de 2024 en las Américas había 20,3 millones de personas desplazadas por la fuerza y otras personas que necesitan protección internacional y asistencia. “La mayoría de las personas desplazadas por la fuerza de la región permanecen en América Latina y el Caribe, donde gobiernos y comunidades se comprometen con su protección e inclusión, fomentando soluciones para su integración en los países de acogida.”.
Destacó que, el Programa de Integración Local de México ha sido clave para apoyar a las personas refugiadas a reconstruir sus vidas. “Gracias a la participación activa de más de 650 empresas, las personas refugiadas pueden contribuir con sus habilidades y experiencia a fortalecer la economía mexicana, generando una contribución fiscal anual de 15 millones de dólares (USD)”.