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El hallazgo de un campo de exterminio en el Rancho Izaguirre de Teuchitlán, Jalisco, utilizado por grupos criminales para adiestrar y deshacerse de sus víctimas ha conmocionado al país, ya que las imágenes dejan en evidencia el nivel de violencia e impunidad que ocurre en México.
El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco tras recibir denuncias anónimas dieron con el sitio presuntamente utilizado por miembros del Cártel Jalisco Nuevo Generación. En él se encontraron más de 200 pares de zapatos, restos óseos y artículos personales; además de fosas clandestinas y lo que parecen ser estructuras diseñadas para incinerar cuerpos, lo que evidencia una planificación meticulosa para ocultar a sus rehenes.
¿Cómo operaba el campo de exterminio en Teuchitlán?
Un testigo protegido compartió con el periodista Alejandro Domínguez en Milenio Televisión su experiencia en el rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco. Según su relato, en junio de 2024 fue engañado con una oferta laboral falsa como guardia de seguridad con un sueldo de 13 mil pesos mensuales. Al llegar al lugar indicado, fue trasladado junto con otras siete personas a una casa cercana al rancho. Allí, se percataron de que habían sido víctimas de una trampa al encontrarse con individuos armados.
El rancho operaba como un centro de adiestramiento y castigo del crimen organizado, donde se obligaba a los capturados a entrenar como sicarios por un pago semanal de 3 mil pesos. Aquellos que se resistían eran asesinados, desmembrados en un cuarto conocido como “la carnicería” y luego incinerados.
Según el testigo, el lema de los criminales era claro: “si no hay cuerpo, no hay delito”. También mencionó que las botas tácticas encontradas por el colectivo Guerreros Buscadores formaban parte del equipo que les exigían adquirir.
Impunidad y omisión: Un llamado urgente a la justicia
El testimonio coincide con las evidencias recopiladas por la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), la Secretaría de Gobernación y colectivos de búsqueda de desaparecidos, quienes inspeccionaron el rancho y documentaron instalaciones como áreas de adiestramiento, habitaciones y una cocina, además de ropa y objetos personales.
Cabe señalar que, en medio del horror encontrado por el colectivo de buscadores, uno de los aspectos más alarmantes de este caso es que, a pesar de la presencia de la Guardia Nacional y de la Fiscalía estatal desde 2019 en la región, las actividades criminales en el sitio continuaron sin interrupción, evidenciando la falta de acción por parte de las autoridades.
En un país con más de 120 mil personas reportadas como desaparecidas, el campo de exterminio de Teuchitlán, Jalisco, podría proporcionar pistas clave para identificar a algunas de ellas. Sin embargo, también subraya la urgente necesidad de implementar una estrategia integral que fortalezca las instituciones y brinde apoyo real a las familias de las víctimas en medio de esta crisis humanitaria.