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¿Qué partes no deben cubrir los portaplacas para evitar multas en CDMX? Esa es la pregunta clave que todo conductor debe hacerse si circula por la Ciudad de México.
Las autoridades capitalinas ya realizan operativos para detectar portaplacas prohibidos. Aunque son comunes, pueden convertirse en una infracción si no cumplen con el reglamento de tránsito vigente.
Muchos conductores instalan estos accesorios sin saber que, al tapar parte de la matrícula, dificultan su lectura por cámaras de vigilancia o elementos de tránsito, lo cual puede derivar en sanciones.
¿Qué partes de la placa no deben cubrirse?
No todos los portaplacas están prohibidos, pero hay reglas claras sobre qué elementos deben estar siempre visibles, sin excepción:
- Números y letras: deben leerse con claridad en todo momento.
- Hologramas de seguridad: suelen estar al centro o a un costado; no deben quedar ocultos.
- Nombre del estado: como “CDMX”, “Edomex”, “Puebla” u otra entidad.
- Logotipo o escudo oficial: por ejemplo, el de la Secretaría de Movilidad o la SICT (Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes).
Si alguno de estos datos está cubierto, incluso parcialmente, el vehículo puede ser sancionado por las autoridades.
¿Qué sanción aplica?
Usar portaplacas que oculten información puede costarte entre 10 y 20 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), dependiendo del caso y del criterio del agente de tránsito.
Además, si las cámaras no pueden identificar tu auto correctamente, podrías enfrentar más complicaciones legales o problemas si llega a ser robado.
¿Qué portaplacas sí están permitidos?
Los portaplacas delgados, transparentes o que solo sirven como soporte, sin tapar ningún dato, sí están permitidos por la ley.
Eso sí, revísalos de vez en cuando. El sol, el polvo, la lluvia o una deformación pueden terminar cubriendo la información sin que lo notes.
Si usas portaplacas en la CDMX, asegúrate de no tapar letras, números, hologramas ni el nombre del estado. Aunque parezcan detalles menores, podrían provocarte multas, gastos innecesarios y problemas con la autoridad.
