Durante la mesa del Seminario sobre Violencia y Paz del Colegio de México sobre “Teuchitlán. Reclutamiento y desaparición de jóvenes”, el periodista apostado en Jalisco Diego Petersen comentó que “lo que hace distinto a Teuchitlán es la imagen, ¡los zapatos!; el gran error que puede cometer la Fiscalía, el Gobierno de la República, el gobierno de Jalisco es no entender que Teuchitlán ya es la referencia de este holocausto que sí estamos viviendo en México con la muerte y desaparición de miles de jóvenes. Si se van a querer discutir si ‘el huesito está a tal temperatura’, ‘si hay que llamarle horno’ o decir que ‘unos fueron por su voluntad’, me parece que sí se meten ahí, ¡van a perder! La política de seguridad tiene que ver con el control del territorio; mientras no recuperemos el territorio, ni se acepte que hay un estado paralelo, Teuchitlán ya es un punto de quiebre”.
La antropóloga del CIESAS Elena Azaola remarcó que “hay más de 200 colectivos de madres (buscadoras de desaparecidos) en este país. Una cantidad de ellas comenzaron a gritar, ¿por qué no nos miran a nosotros? ¡Es su desesperación!. ‘¡Oigan, si nosotros dijimos que aquí también pasaba eso y no nos han escuchado!’. Tenemos la memoria muy corta, pero allí está San Fernando, Las Bartolinas, Allende, Cadereyta, un montón de masacres. Hemos sido incapaces de voltear a ver a cada uno para hacernos cargo, para no olvidar. Espero que Teuchitlán permanezca en la memoria, pero nos traiga a la memoria también todas las demás masacres y que no lo permitamos más” y que esta vez “no eluda el Estado su responsabilidad. Cuando la presidenta elude a construcción de paz, no se ve que haya claridad sobre lo que eso significa”, remarcó la experta.
Sobre la presunta reacción en video de la delincuencia organizada ante el campo de exterminio de Teuchitlán, Petersen señaló que “hay que ser muy cuidadosos. Nadie gana con la difusión de ese tipo de videos. Debería ya de estar autentificado. No creo que sea muy complicado para las instancias del gobierno federal. La presentación en sociedad del Cártel Jalisco Nueva Generación fue con un video. El léxico, yo diría, no es el léxico común de un grupo de sicarios de esta naturaleza. La manera de presentarse me hace a mí pensar que puede ser montado. Hay que ir a la fuente base, escarbar en las redes. Quién lo pudo haber hecho? La verdad es que me da igual. Lo único que sí tiene este video es la amenaza que hay ahí a las madres. Me parece que eso es lo que hay que atender. Si es fake, si lo es el cártel, me parece que es terrible”.
Sobre ese video, Azaola reconoció que tiene “muchísimas sospechas de que ese video realmente provenga del cártel. Siempre ponen por delante las insignias de su grupo. Siempre hacen referencia a sus líderes, pero además ¡el tono!, ¡el contenido del mensaje!, regañando a las buscadoras por qué ‘están haciendo este escándalo’, ¡perdón! desde cuando ellos tienen una buena imagen que tengan que defender. Casi me atrevo a decir que ellos no lo hicieron”. Sin embargo, la antropóloga del CIESAS alertó sobre “la participación de las redes en el reclutamiento y en la difusión de mensajes” de la delincuencia organizada.
“También a través de las redes tanta gente salió el fin de semana a expresarse. ¡Estamos cansados! y a lo mejor ya ni vemos ni nos conmueve huesos, huesos, huesos. ¿Ya qué? ¿Qué huesos? Pero cuando vemos estas ropas, la cartera, los tenis de tal color, eso sí nos hace evocar personas que usaron esas prendas. ¿Dónde están? ¿Por qué no sabemos nada de ellos?”, reclamó Azaola.
La investigadora del CIESAS pidió a las autoridades, sobre todo a las del sector educativo “armar una campaña muy seria de lo que es el reclutamiento y de cómo se utilizan las redes para reclutar. Sabemos que la gran mayoría de las personas desaparecidas y de los jóvenes reclutados pertenecen a sectores muy precarios. Tenemos que enviar mensajes a los padres, enviar mensajes a la comunidad para mejorar la calidad del sistema educativo, para que respondan a las necesidades de estos chicos y chicas. Yo encontré niños sicarios en donde había dos factores claves. Nunca habían tenido la oportunidad de conocer a su padre. Estos niños tenían una sensación de que ¿yo quién soy? Si ni mi papá ha venido a conocerme, yo no soy nadie. Y un segundo factor, niños sumamente influidos por la violencia en la familia, no solo contra ellos, sino especialmente violencia de género. Cuando un niño ha visto de pequeño que patean, insultan, maltratan a su madre, ese es el dolor más grande que una criatura en esa edad pueda sentir. Queda una huella profunda que lo que tiende es a deshumanizar a esa persona. Las becas no bastan. Hay que atender a estos niños. ¿Cuántos niños huérfanos tenemos? 500 mil homicidios en el país, 124 mil desaparecidos desde el gobierno de Calderón hasta este. Este es el cúmulo. ¿Cuántos niños huérfanos quieren ustedes que haya? ¿Cuántos niños lloran todos los días por su padre o su madre? ¿Quién se está haciendo cargo de esos niños y cuál es el futuro de nuestro país donde en las escuelas los despachan así porque es un niño violento? En vez de ver qué hay detrás de esta violencia, en vez de contenerlos, de acogerlos. Y también encontré niños sicarios que habían entrado a ser sicarios porque le habían matado a su padre, a su madre, a su hermano. ¿Y qué hubo? No hubo ningún gobierno que le diera justicia, que lo acogiera, que lo protegiera. ¿Qué hace ese niño? Va e ingresa a ese grupo delictivo porque quiere saber qué le pasó a su padre, a su madre, a su hermano o porque quiere vengar la muerte, porque nadie le hizo justicia”, abundó Azaola.
Para Petersen, “hay un cambio en la forma en que la presidencia de la República ha abordado el tema. Toda la respuesta siempre de cualquier problema es hacer cambios a la Constitución. Muy lejos aún de lo necesario. Homologar con secuestro lo que va a generar es que se diluya el delito de desaparición. Eso me parece que puede ser delicado. No ha llegado a la empatía con las víctimas. De esos procesos burocráticos que propuso la presidenta es una respuesta distinta. López Obrador no solo negó, sino quiso borrar el registro de desapariciones. Igual como sucedió con (el ex presidente Andrés Manuel) López Obrador, ‘desaparezcamos los desaparecidos’, lo mismo hizo el ex gobernador (Enrique) Alfaro: ¡negar el problema!. Pablo Lemus entiende que el gran problema de Jalisco son los desaparecidos”.
Azaola opinó por su parte que “lo que sí veo en esta presidenta es una actitud formal de aceptar el problema, pero nada de acercamiento, de decir ‘soy una madre igual que ustedes. Las entiendo’. ¡Qué más claro que solo hay 36 sentencias condenatorias de 124 mil desaparecidos!. Yo creo que ahí es donde la presidenta tiene que tomar una decisión. Va a faltarle ser a la comisión de búsqueda. Lo que propone la presidenta son cosas que ya están previstas por la ley, pero nunca empezaron a operar”, finalizó.